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La Madre del Cordero

Un lugar para el estudio y la reflexión

Platón: La educación.

Ya al inicio del capítulo VII de la República, Platón puntualiza que el tema a desarrollar es la situación de la naturaleza humana con respecto a la educación.

El texto que comentamos se inicia con una polémica entre Platón y los sofistas en torno a la concepción de la educación. La educación es pues el tema central del texto. Todo el capítulo VII es una especie de Ley General sobre la Educación en la polis ideal de Platón, por medio de la cual los esclavos prisioneros en el fondo de la caverna (mito de la caverna que inicia el capítulo VII) podrían liberarse y salir a la luz.

Conforme a su planteamiento utópico y en coherencia con su política autoritaria, habría que separar a los hijos de los padres y llevarles al campo, lejos de la ciudad, para comenzar un proceso educativo totalmente novedoso y alejado de las malas tradiciones que encontramos en la sociedad. Esto se realizaría a los 10 años.

En un primer periodo, de los 10 hasta los 20 años, los niños-adolescentes serían formados en la gimnasia, dominio del cuerpo y capacidad de esforzarse y de sufrir, la música y las danzas tradicionales, y además deberían presenciar las batallas a las que los adultos se entregan por los intereses de la ciudad.

A partir de los 20 años hay una primera selección para dedicar a aquéllos capaces de estudiar y de podar su alma de defectos a las artes o τεχνή, que irán alejándoles de la experiencia terrena y acercándoles a las ideas, además de ser imprescindibles para organizar el ejército y para la vida militar. Estas artes son: la aritmética o cálculo numérico; la geometría, tanto de superficies como de volúmenes; la música y la astronomía, no como estudio de sonidos o de cuerpos celestes visibles, sino como temas que, con sus problemas y relaciones, nos introducen en planteamientos racionales y generales que sirven de propedéutica a la dialéctica.

Al llegar a los 30 años se selecciona de nuevo a los mejores y a los más capaces, que se dedicarán al estudio de la dialéctica, método y ciencia de las ideas. Antes, en el periodo juvenil, no se debe estudiar la dialéctica, pues los jóvenes estudiantes la tomarían como un juego, desviándola de su alta finalidad. Este periodo duraría 5 años y después, de los 35 a los 50, los seleccionados se ejercitarían prácticamente en la vida política y docente, para llegar a cincuentenarios plenamente formados. En este momento constituirían la clase de los gobernantes y educadores, es decir, son los filósofos plenamente formados porque han llegado a la contemplación del Bien en sí y pueden conducir por la senda del bien a la ciudad y a su propia vida. Como síntesis el texto nos define la educación como el arte de descubrir la manera más fácil y eficaz para que el alma se corrija, mire y se vuelva a donde es menester.