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La Madre del Cordero

Un lugar para el estudio y la reflexión

Platón: Texto II

«Y así, mientras las demás virtudes, las llamadas virtudes del alma,  es posible  que  sean  bastante  parecidas  a las del cuerpo –pues, aunque no existan en un principio, pueden realmente ser más tarde producidas por medio de la costumbre y el ejercicio–, en la del conocimiento se da el caso de que parece pertenecer a algo ciertamente más divino que jamás pierde su poder y que, según el lugar al que se vuelva, resulta útil y ventajoso o, por el contrario, inútil y nocivo. ¿O es que no has observado con cuanta agudeza percibe el alma miserable de aquellos de quienes se dice que son malos, pero inteligentes, y con qué penetración discierne aquello hacia lo cual se vuelve, porque no tiene mala vista y está obligada a servir a la maldad, de manera que, cuanto mayor sea la agudeza de su mirada, tanto más serán los males que cometa el alma?

– En efecto –dijo–»

PLATÓN, República –  VII, 518e – 519a.