A la muerte de Hegel sus discípulos interpretan su obra de manera contradictoria surgiendo, como consecuencia de esto, las llamadas “izquierda y derecha” hegelianas. La izquierda realiza una crítica radical de la filosofía hegeliana y de las circunstancias históricas en que se encuentran. Uno de los representantes más importantes de la izquierda hegeliana, y con mayor influjo en Marx, es Feuerbach.
Feuerbach siente la necesidad de realizar una profunda reforma de la filosofía. Ésta no puede convertirse en una cuestión de “escuela” y quedarse detenida mirando al pasado La verdadera filosofía debe romper con el pasado y pensar el presente con vistas al futuro. La nueva reforma de la filosofía requiere como paso previo e ineludible la crítica de la filosofía hegeliana. La crítica a Hegel se centra en dos puntos:
- La filosofía de Hegel es una filosofía idealista que deforma la realidad. Feuerbach intenta la inversión de Hegel, el transformar el idealismo hegeliano en un materialismo.
Para Hegel el absoluto, el origen y explicación de todo, es el Espíritu o Idea y de él surge la Naturaleza, la vida, la realidad material. Para él, el fundamento de todo, el absoluto, debe ser lo más inmediato y evidente, lo que no tiene necesidad de prueba, lo que es inmediatamente cierto de por sí y entraña la afirmación de su existencia. Esta realidad originaria, inmediata, origen y explicación de toda la realidad es lo sensible o la materia. Feuerbach reivindica la originalidad de la Naturaleza, que no es un fenómeno o producto del Espíritu y que en modo alguno puede reducirse a ser pensada. Feuerbach realiza así la inversión del idealismo de Hegel en materialismo.
Marx, aunque acepta el materialismo, critica a Feuerbach porque su inversión de la filosofía de Hegel ha quedado incompleta, pues se ha olvidado de la dialéctica. El Espíritu absoluto o Idea de Hegel es actividad dialéctica, mientras que la materia de Feuerbach es inerte, pasiva, y de ella solo puede surgir un hombre pasivo que limitará su acción a la actividad teórica, a la contemplación de la realidad. Marx propone, contra Feuerbach, que la materia o naturaleza esté regida por la actividad dialéctica y que el ser humano, que surge de ella, tiene como característica la “praxis”, el trabajo, la producción, la actividad, y, por tanto, puede llegar a ser un revolucionario.
- Feuerbach intenta superar la teología racionalizada de Hegel. En conexión con el idealismo anteriormente criticado, el idealismo hegeliano y la teología cristiana desprecian la sensibilidad y ven en la naturaleza una realidad derivada. La naturaleza ha sido creada por Dios.
Para Feuerbach la religión ha producido la alienación del hombre. El creyente religioso ha perdido su propia identidad y está en situación infrahumana desposeído de su esencia.
No es Dios quien crea al hombre, es el hombre quien ha creado a Dios. El hombre proyecta fuera de sí su necesidad y deseo de perfección, inventándose un mundo perfecto y divino y subordinándose a él. El mundo religioso ha raptado la esencia y las perfecciones humanas. El hombre religioso está alienado.
La solución que propone Feuerbach es un ateísmo humanista o un humanismo ateo. Debemos negar a Dios y cambiarlo por el Hombre. La teología debe transformarse en antropología.
Marx, aún aceptando el materialismo, critica todo el planteamiento de Feuerbach acusándole de idealista. El origen del problema religioso está situado en la conciencia. La alineación religiosa es un error cometido por la conciencia. En coherencia, para Feuerbach, la solución está en un cambio de conciencia. Tanto el origen como la solución al problema religioso son productos de la conciencia.
Según Marx, el hombre crea un mundo religioso frente al mundo real humano como consecuencia de las contradicciones internas de ese mundo humano. Son los enfrentamientos existentes en la sociedad, las injusticias económicas, la explotación y alineación del proletariado, los que originan la religión. Hay que revolucionar el mundo real, hay que superar el capitalismo reinante mediante la revolución proletaria, para superar definitivamente el fenómeno religioso.
Marx está profundamente influido por Feuerbach en su materialismo y en su ateísmo, pero considera, tal como aparece en el texto de La ideología alemana que comentamos, que ni la izquierda hegeliana ni Feuerbach han superado el idealismo de Hegel.