La circunstancia científica
La física aristotélica domina el pensamiento hasta el Renacimiento. La estructura de nuestro sistema planetario, el movimiento, los elementos componentes de la realidad, etc., son contenidos de una ciencia sometida metodológicamente a la metafísica y que, sólo tras numerosos siglos, será puesta en crisis por la evidencia manifestada en la experiencia.
Los problemas principales en los que la experiencia provoca la crisis de la física aristotélica son:
El movimiento que como paso de la potencia al acto necesita de una causa o motor externo. Ya en el siglo XIV la teoría del “ímpetus” comienza a socavar las tesis de Aristóteles.
La división del mundo en dos partes, siendo la celeste superior a la infralunar y estando constituidas por elementos distintos.
Considerar que la tierra es el centro del universo.
Mantener que los planetas y los demás cuerpos celestes tienen un movimiento circular por ser éste más perfecto y homogéneo.
Interpretar finalísticamente los fenómenos naturales.
Considerar que los cuatro elementos tienen un movimiento y un lugar natural.
El heliocentrismo de Nicolás Copérnico proporciona una explicación mucho más simple que la complejidad del sistema egocéntrico aristotélico – ptolemaico.
Tycho Brahe recopila en sus Tablas rudolfinas numerosos y muy rigurosas observaciones astronómicas.
La obra de Kepler Astronomía Nova sostiene que los planetas no siguen órbitas circulares sino elípticas y que su velocidad no es uniforme.
Será Galileo Galilei quien desarrollará el método hipotético – deductivo de la nueva física a partir de la observación empírica y de la matematización de la naturaleza. Pero la iglesia, que ha aceptado la síntesis entre fe y filosofía clásica, ve en la Nueva Ciencia un peligro para la ortodoxia y la condena utilizando además el tribunal de la Inquisición.
Descartes tiene una profunda formación científica. Conoce y tiene en gran estima, frente al desencanto que le ha producido la filosofía escolástica y la educación clásica que ha recibido, los nuevos descubrimientos y las obras de la Nueva Física. Él mismo utiliza y desarrolla genialmente la geometría, que toma como modelo del saber y de la que se sirve para elaborar su método. En su Traité du monde manifiesta estar de acuerdo con las ideas de Galileo, pero ante la condena de éste decide no publicarlo.
Descartes toma precauciones exiliándose a Holanda y posponiendo la publicación de algunas de sus obras.
Igual rechazo de la filosofía escolástica encontramos en John Locke. Tardíamente estudia medicina y ejerce como médico. Su filosofía empirista mantiene que la experiencia es el origen del conocimiento. Incluso sus ideas pedagógicas, expuestas en sus Pensamientos sobre educación, fundamentarán la educación en la experiencia y en la libertad, rechazando las lenguas muertas frente a las vivas y los contenidos abstractos frente a temas que requieren de los sentidos, como las ciencias naturales, la historia, la geografía o la geometría. Nos encontramos ante un nuevo ambiente científico y cultural ampliamente aceptado por Descartes y por Locke.