Tras el fracaso de la Comuna de parís y la represión policiaca que sufrió el proletariado, como reacción del Capitalismo amenazado, grandes masas del proletariado se sintieron vencidas y desesperanzadas, y tendieron a situarse fuera de la ley. La única manera de superar este callejón sin salida fue orientarse hacia la acción sindical de orientación anarquista. En los últimos años del siglo XIX el anarquismo alcanzó un éxito considerable en los medios populares y en ciertos círculos intelectuales de Francia, España, Rusia e Italia.
Hubo muchas formas de anarquismo, desde el solipsismo de Stirner, al misticismo de Tolstoi o al terrorismo nihilista. Desde el punto de vista filosófico, el más interesante es el anarquismo de Bakunin y de Kropotkin. Este anarquismo se caracteriza por defender las tesis siguientes:
- El universo es materia en evolución libre, continua y, por eso, anárquica. La anarquía de la evolución es la ley que constituye el ser mismo de las cosas. El hombre no es más que un elemento de esta evolución continua de la materia, en el que la animalidad es negada progresivamente por su humanidad.
- Total antiteísmo, pues el hombre no puede reconocer ninguna subordinación de su ser. No es necesario demostrar que Dios no existe, basta con sublevarse contra Él.
- Rechazo de toda autoridad y de toda legislación, aún de la salida del sufragio universal, pues siempre se convertirá en le dominio de una minoría explotadora contra los intereses de la mayoría sometida.
- Los anarquistas son contrarios a la propiedad porque origina desigualdad y confiere poder y autoridad a los propietarios.
- Frente al comunismo marxista, los anarquistas se oponen a cualquier organización autoritaria y global e la economía, tal como proclaman en la Primera Internacional.
- Son contrarios a cualquier organización del poder, sobre todo al poder del Estado. Aceptar el poder del Estado equivale a admitir la corrupción de la naturaleza humana necesitada, por ello, de la corrección del poder. La tesis presupuesta de la corrupción de la naturaleza humana, de origen religioso, hace que el anarquismo rechace con igual virulencia a Dios y al Estado.
- La democracia sigue siendo una forma de poder. La mayoría elegida en los Parlamentos no representa al pueblo, sino a sus propios intereses. Los anarquistas condenan a todos los partidos políticos pues sólo ambicionan el poder.
- El anarquismo, aunque rechaza toda autoridad, no es una exaltación del individualismo. El anarquismo defiende a la masa popular y quiere combatir por las aspiraciones populares.
- Un gobierno revolucionario, aún siendo provisional, se hace Estado despótico separado de las masas y negador de la libertad. La dictadura del proletariado, defendida por Marx, descansa sobre la tesis de la corrupción e incapacidad de la humanidad a quien la autoridad debe salvar. La emancipación económica de los trabajadores debe ser hecha y dirigida por los mismos trabajadores.
La consecuencia de estas tesis es el total enfrentamiento entre anarquismo y marxismo, que tuvo su primera escenificación en el enfrentamiento entre Bakunin y Marx durante la Primera Internacional.